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lunes, 9 de marzo de 2015

Lo que necesito

A veces la vida te golpea y deshace todos los esquemas construidos con el cuidado de un orfebre a lo largo de los años. Son golpes de los que solo te puedes cubrir como un púgil aguantando por no caer a la lona. En ocasiones ni siquiera reaccionas, dejas que el tiempo pase porque no tienes claro hacia donde ir, el timón está roto y el barco gira sobre sí mismo en medio de la tempestad. Es un poco lo que me pasa, sé que tengo a gente preocupada por mi deriva, a veces incluso yo mismo, pero creo que estoy bien, simplemente no sé donde está el freno de mano en esta nueva vida para dejar de girar y enderezar el rumbo. Realmente es que no sé ni cual es ese rumbo. Y quiero encontrarlo pero me da miedo enfrentarme a mi mismo y a esta nueva obra que estoy viendo pasar como un espectador ajeno sin capacidad de decidir en ella. Aún estoy esperando el libreto para aprenderme mis diálogos y de momento voy improvisando.

Llevo pensando en esta entrada tiempo pero nunca encuentro tiempo para hacerla, de hecho ya no encuentro tiempo para nada, y después de mucho meditarla, la verdad es que ni siquiera sé lo que quiero poner. Justo igual que en mi vida, improvisaré. Porque creo que el freno de mano está justo después de desentrañar lo que realmente quiero o necesito, pero no es tan sencillo. Nada es tan sencillo, quizá eso sea parte de lo que merezca la pena de vivir. 

Puede ser que necesite irme a vivir a Madrid pero también estar cerca de mi gente ahora que he encontrado mi lugar en el barrio. Quizá emborracharme un domingo y quedarme leyendo un buen libro un sábado por la noche. Recorrer las calles cualquier noche con rap a todo volumen en mis cascos y pararme en el parque antes de regresar simplemente para escuchar el latido de mi corazón en el silencio de la noche, cuando la gente vela sus sueños y tu tratas de rehacer los tuyos.

Cuidar más mi vestuario y desnudarme por dentro. Conocer más personas y menos gente y dejar que las personas me conozcan. Cuidar más a mis amigos. Quitarme la careta y dejar que las lágrimas caigan. Reír hasta el amanecer brindando por la vida y recoger por la mañana los cascos rotos. 

Salir de la rueda del sistema y perseguir mis sueños. Que mis sueños me alcancen y correr más rápido que mis pesadillas. Reaccionar por una vez y tomar decisiones. Equivocarme, caer, levantarme y volver a tomarlas sin miedo a caer. Aprender, amar de nuevo, leer más. Hacer otra carrera, ¿por qué no? O un master. O mejor empezar a estudiar más de la vida y menos de los libros.

Tatuarme la piel y limpiar la tinta negra de mi corazón. Reconstruir mis huesos y dejar que otra piel les cubra. Salir de esta burbuja de protección y pelearme con la realidad. Comenzar de nuevo a correr y aprender a ir más despacio a diario para apreciar las cosas. 

Volver a escribir poesía y que un verso suelto me taladre por dentro hasta encontrarle acomodo. Dejar de ser un verso suelto y encontrar yo mismo acomodo. Besar otros labios, sentir la pasión de una noche y la ilusión de una vida. Atar a caricias para desatar mi corazón de nuevo. 

Quiero y necesito muchas cosas, sobre todo a ti, pero en esta entrada solo quería hablar de las que están al alcance de mi mano. Estoy tratando de vivir sin hacerme daño.

3 comentarios:

  1. (Desnúdate por dentro y quítate la careta)

    Cuando tienes que poner a funcionar el plan antiincendios... Es porque ya comenzaron las llamas.

    Nunca llegamos a no hacernos daño viviendo. Y qué quieres, ¿una vida sin mácula, fácil, o una vida que merezca la pena haberla vivido, con brechas y angustia y noches en vela?

    Miras hacia abajo en el precipicio, y debes comenzar a creer que volarás. O que caerás. O que flotarás. Lo que sea; en el momento en el que pasas demasiado tiempo mirando al abismo, el abismo comienza a mirarte a ti.

    Aquí tienes una mano, por si te da miedo saltar.

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  2. Descarga la mochila de piedras innecesarias y llénala de ilusiones y de cada una de las bellas sonrisas que secas a los de tu alrededor.
    Puedes conseguir lo que te propongas bu ;)

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  3. Nadie sabe mejor que tu qué necesitas... deja el recuerdo atrás y busca a tu YO en cualquier recóndito lugar, ya sea en el mundo real o en el de las ideas. Pero eso si, templanza compañero!!

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