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jueves, 19 de febrero de 2015

Mis huesos sin tu piel

Mucho antes de que a Almodóvar se le ocurriera dirigir La piel que habito y que Suite Soprano cantara esa estrofa, la cual me encanta, que reza "Como duele ver como te vas, la piel que habito necesita tu carne detrás. Se me repiten los procesos, pobre autómata. Nací pidiendo querer y me disteis ganas de matar...me, siento solo rodeado de gente"; yo escribía una poesía con similar temática que he leído últimamente y algunas de las imágenes que pretendo transmitir en ella siguen presentes hoy en día para mi. Aunque sean poesías viejas, los sentimientos no entienden de tiempo y sí de similitudes.

Por cierto, que estoy enganchado a la canción pero no he visto la película ni sé si merece la pena o si tiene algo que ver más allá del título. Sin mayores preámbulos aquí dejo esta poesía de calidad media dentro de mi producción (a mi gusto) pero expresividad absoluta para mi; porque las mejores poesías no siempre van ligadas a la belleza estética, también pueden ir ligadas a situaciones propias que las hagan refulgir con inusitada fuerza. 

Como hablaba el otro día con un amigo, son increíbles los nexos de unión que existen entre los sentimientos y el arte en todas sus formas. Sé que es algo que se tiene en cuenta a la hora de analizar el arte pero no sé si lo suficiente a la hora de valorar cual son las mejores, aunque es cierto que la valoración de todo esto proviene también de uno mismo, la subjetividad eterna en temas que dicta el corazón y no la razón (pensando sobre esto me vienen a la cabeza las pinturas negras de Goya, no se la razón; quizá porque Saturno devorando a sus hijos sea una de mis obras preferidas...pero bueno, mis clases de Historia del Arte quedan un poco lejanas y ya pulula por aquí una experta a la que leer en Punto de vista: alto )

Que me lío y al final sí ha habido mayores preámbulos...


MIS HUESOS SIN TU PIEL

Se rompen mis ojos de acero 
ante el insigne silencio 
que se dibuja entre tus dedos 

Tengo el corazón encarcelado 
entre cada uno de tus besos. 
Abrazado a un árbol, 
encadenado a mis versos. 

No hay retorno al pasado 
después del último trago de vino, 
entre tus brazos de estaño 
amarrados a ruecas sin hilo. 

Ya no me siento camino de nada, 
simple brizna de aire 
que con un suspiro 
voló a tierra de nadie 
para ahogar su corazón 

¿de qué sirven mis huesos 
si no les cubre tu piel? 
¿Si no les acuna tu voz? 

1 comentario:

  1. *sonrojo*

    El arte es algo tan subjetivo y tan personal, que lo que a ti puede alucinarte, a mí tal vez me deje fría. Se puede analizar desde un punto de vista más o menos objetivo: la calidad de la ejecución, si es sorprendente o no su narratividad, que tenga alguna chispa concreta o sea monumental... Pero nada comparable a lo que te hace sentir.

    Sobre la película poco te puedo contar, ya que no la he terminado de ver. Si lo hago... te haré una crítica demoledora, en plan Boyero.

    No sirven de nada los huesos propios si la piel ajena se marcha sin decir adiós.

    :*

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