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miércoles, 28 de enero de 2015

El comienzo del Big Bang

"Aunque tu no me conoces y no sabes que se esconde, sentirás lo que yo siento cuando estalle el firmamento justo en el comienzo del Big Bang" 

Como no sé como se comienza un blog, ni siquiera si es necesario, lo hago a mi manera: copiando un trocito de canción de Amaral donde se define perfectamente lo que pretendo con ello.

Hoy en día quien más y quien menos tiene un blog. Yo no sé si soy quien más o quien menos, pero lo que sí sé es que me encanta escribir. Con mayor o menor fortuna, la escritura en sus múltiples variedades es para mí una liberación; una forma de sacar fuera los sentimientos y pensamientos que pugnan por salir de dentro.  Una sensación que comienza en el corazón y que en muchas ocasiones siento desbordarse incontenible desparramándose por el pecho hasta llegar a la garganta.

 Y para que se desborden en una cuartilla que guardaré en una carpeta y nadie verá, prefiero gritarle al mundo. Gritaros que me duele, pero que también he sido, soy y seré feliz. Por siempre. Quizá el paso definitivo lo di leyendo a La mala de la película (absolutamente recomendable con una gran dosis de lo que pretendo que sea esto) y su reflexión sobre cumplir una década con el blog. Allí recordaba su yo a lo largo de esos 10 años, con sus momentos buenos y malos. Yo también quiero echar la vista atrás en el futuro y sonreír y llorar a través de estas palabras compartidas.

Este blog nace de ese proceso. Nace del dolor de la pérdida que ahoga. De ver como se deshace la solidez de tu mundo en arena fina y se escapa entre los dedos. Pero nace también de la ilusión y la sonrisa. Una alegría que procede en parte también del dolor; de saber que estuviste con una persona maravillosa y que mereció absolutamente la pena. Porque la pérdida duele pero también enseña mucho sobre las personas y no puedo estar más satisfecho con lo descubierto.

Por eso según el momento, habrá tristeza y alegría en mis palabras, pero habrá otras muchas cosas. También material viejo que guardaba en el cajón a salvo de la vergüenza de enseñarlo al mundo; comentarios de imágenes, libros y todo lo que me vaya apeteciendo. Y es que al corazón no se le pueden poner límites y como me gustaba recordar antaño: la poesía es un arma cargada de futuro, que decía Gabriel Celaya.

Y aquí estamos, es con esta página como os invito a acompañarme en este proceso vital a través de mis textos y pensamientos, aderezados ocasionalmente por los de otros autores.

No pretendo nada iniciando este blog. Solo ser feliz. 

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