"Aunque tu no me conoces y no sabes que se
esconde, sentirás lo que yo siento cuando estalle el firmamento justo
en el comienzo del Big Bang"
Como no sé como se comienza un
blog, ni siquiera si es necesario, lo hago a mi manera: copiando un trocito de
canción de Amaral donde se define perfectamente lo que pretendo con ello.
Hoy en día quien más y quien
menos tiene un blog. Yo no sé si soy quien más o quien menos, pero lo que sí sé
es que me encanta escribir. Con mayor o menor fortuna, la escritura en sus
múltiples variedades es para mí una liberación; una forma de sacar fuera los
sentimientos y pensamientos que pugnan por salir de dentro. Una sensación
que comienza en el corazón y que en muchas ocasiones siento desbordarse
incontenible desparramándose por el pecho hasta llegar a la garganta.
Y para que se desborden en una cuartilla que guardaré en
una carpeta y nadie verá, prefiero gritarle al mundo. Gritaros que me duele,
pero que también he sido, soy y seré feliz. Por siempre. Quizá el paso
definitivo lo di leyendo a La mala de la película (absolutamente
recomendable con una gran dosis de lo que pretendo que sea esto) y su reflexión
sobre cumplir una década con el blog. Allí recordaba su yo a lo largo de esos
10 años, con sus momentos buenos y malos. Yo también quiero echar la vista
atrás en el futuro y sonreír y llorar a través de estas palabras compartidas.
Este blog nace de ese proceso. Nace del dolor de la pérdida que
ahoga. De ver como se deshace la solidez de tu mundo en arena fina y se escapa
entre los dedos. Pero nace también de la ilusión y la sonrisa. Una alegría que
procede en parte también del dolor; de saber que estuviste con una persona
maravillosa y que mereció absolutamente la pena. Porque la pérdida duele pero
también enseña mucho sobre las personas y no puedo estar más satisfecho con lo
descubierto.
Por eso según el momento, habrá tristeza y alegría en mis
palabras, pero habrá otras muchas cosas. También material viejo que guardaba en
el cajón a salvo de la vergüenza de enseñarlo al mundo; comentarios de
imágenes, libros y todo lo que me vaya apeteciendo. Y es que al corazón no se
le pueden poner límites y como me gustaba recordar antaño: la poesía es un arma
cargada de futuro, que decía Gabriel Celaya.
Y aquí estamos, es con esta
página como os invito a acompañarme en este proceso vital a través de mis
textos y pensamientos, aderezados ocasionalmente por los de otros autores.
No pretendo nada iniciando este blog. Solo ser feliz.
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